Todos daban la misma respuesta, «cuatro», «cuatro», «cuatro»... Algunos la repetían hasta siete veces. Ella solo quería que la escucharan una vez. Tras varios intentos fallidos, Calíope se levantó de la silla e intentó gritar lo más fuerte que pudo: «¡Si le quitas dos manzanas estará algo menos sana!»
La clase entera se giró a mirarla, incluso la maestra que estaba dibujando las manzanas en la pizarra.
Sus compañeros comenzaron a reirse y la maestra tuvo que bajar del encerado para poner orden.
Sus compañeros comenzaron a reirse y la maestra tuvo que bajar del encerado para poner orden.
—Calíope, debes estar más atenta. Es muy sencillo, mira, si tenemos seis manzanas...
No fue capaz de escuchar más, no porque le fuese complicado atender, sino porque le resultaba tremendamente aburrido. ¡Claro que sabía el resultado! Calíope no era precísamente tonta, ni lenta, ni tenía problemas de atención, al contrario. Lo que pasaba es que no quería perder el tiempo con cosas obvias. Prefería dejar fluir su creatividad y buscar soluciones originales.
No fue capaz de escuchar más, no porque le fuese complicado atender, sino porque le resultaba tremendamente aburrido. ¡Claro que sabía el resultado! Calíope no era precísamente tonta, ni lenta, ni tenía problemas de atención, al contrario. Lo que pasaba es que no quería perder el tiempo con cosas obvias. Prefería dejar fluir su creatividad y buscar soluciones originales.
—¿Lo has entendido ahora? —toda la clase seguía mirándola y se oían risitas contenidas. La maestra apoyó la mano en su hombro de manera cariñosa, aunque Calíope dedujo que era una forma de incitarla a responder.
—Tras su perfecto esclarecimiento, logró mi discernimiento—y continuó—: Juan hoy roba dos manzanas, otro día serán peras, mas si nadie le corrige llegará a robar carteras.
Su frase desató un escándalo de risas y burlas. La maestra enfadada cambió su tono de voz dulce por uno mucho más enérgico y firme.
Su frase desató un escándalo de risas y burlas. La maestra enfadada cambió su tono de voz dulce por uno mucho más enérgico y firme.
—¡Silencio! ¡No quiero oir ni una risa más! Para mañana vais a inventar una pequeña poesía para disculparos con Calíope—se escucharon varios jo tímidos— Ni jo ni ja. Y al que oiga quejarse traerá dos poesías.
Calíope mostró una sonrisa de oreja a oreja, ¡por fin!, ¡poesía en clase!
El lunes, como cada mañana, la maestra fue dando los buenos días a cada niño. Después, cogían su bata de cuadros verdes del perchero y se la ponían bajo la atenta mirada de la maestra, pues no les dejaba sentarse hasta que tuvieran bien abrochados los tres botones.
Calíope había llegado la primera. No quería perderse ni un minuto de la que prometía ser la mejor mañana de su vida. Allí estaba, con los ojos chispeantes y su sonrisa de cereza.
Tras los saludos y la canción de "buenos días" estaban listos para comenzar la clase.
Tras los saludos y la canción de "buenos días" estaban listos para comenzar la clase.
—¿Recordáis que hoy teníamos que recitarle una pequeña poesía a Calíope?— se escuchó un sí a coro carente de entusiasmo—. Calíope, ven, sientate aquí —dijo tendiéndole la mano a la vez que colocaba una silla alta frente a las diminutas mesas redondas—.¿Por qué no empiezas tú, Rodrigo?
Rodrigo se puso en pie y haciendo girar su tronco con los brazos caídos recitó:
—Si no sabes restar, te puedo enseñar, pero reirme ya nunca más.
Le aplaudieron y fueron levantándose uno a uno. La sonrisa de Calíope crecía y crecía.
«Poeta serás y a todos alegrarás», «yo te quiero pedir perdón con todo mi corazón», «no quería ponerte triste como un pájaro enjaulado, por eso te traigo alpiste y te dejo que te sientes a mi lado»...
Así siguieron recitando hasta catorce poesías y como si de un virus contagioso se tratase, todos empezaron a sonreir.
—Vuestras disculpas agradezco y aún más las muestras de afecto —recitó Calíope feliz—. Si hay algo que no podréis olvidar, es la alegría de rimar.
Hicieron un corro cogidos de las manos y cantaron su canción de la amistad:
Cantaremos, jugaremos, bailaremos hasta un vals.
Yo te ayudo, tú me ayudas y reiremos sin parar.
Cuando tengo a mis amigos para poder abrazar
mi corazoncito salta de alegría, plim plom plam.
Luego cerraron el corro en un abrazo colectivo y prosiguieron la clase.
—Andrés ha ido esta mañana al kiosko y ha comprado nueve caramelos—enunciaba la maestra—. Por el camino se ha encontrado a su amiga Paula y le ha regalado tres caramelos. ¿Con cuántos caramelos se ha quedado Andrés?— Esta vez todas las respuestas fueron distintas:
«Seis caramelos de menta, por eso se va contenta», gritó Sofía con emoción, «seis caramelos y una muela menos», soltó Alberto tapándose la boca con las manos temiendo una regañina, «Paula tres que le ha regalado Andrés»...
La maestra se echó las manos a la cabeza, pero no pudo evitar echarse a reír.
A partir de ese día un cartel lideraba el aula:
💛 Si resuelves el problema
y pregunta la maestra,💜
💙 con la rima de un poema
Muy original, fresco e imaginativo. Los niños de hoy, superan cualquier expectativa.
ResponderEliminarHola, Vespasiano. Muchas gracias por leerme y dejar tu comentario. Me alegra y anima que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarLa panorámica que veo en la foto, me suena a un pueblo de Cádiz. BARBATE. ¿Me equivoco? Felicidades.
ResponderEliminarPues no es Barbate aunque sí un pueblo de Cádiz cercano: Chiclana de la Frontera. Tiene usted muy buen ojo, sí señor! Debe conocer bien la zona y ese tipo de casas no se olvidan. Justo anoche reformé el diseño del blog y me costó entender a qué foto se refería. Bonitos atardeceres viví desde esa azotea. :) Un saludo desde el sur.
EliminarMe pareció bellísimo. Original y bien tramado; fresco, ingenuo y a la vez profundo... Felicitaciones.
ResponderEliminarPuedes leer el mío en ahorayodigo.blogspot.com. No saldrá en Literautas, porque se llama "Gabriela". ¡Me olvidé de que no había opciones para el título: sí o sí, POETA. Un saludo.
Hola, Beba. En un rato me paso a leerte. Yo también estuve tentada de cambiar el título, pero reviso las reglas siempre antes de enviarlo. Muchas gracias por pasarte a leer y dejarme unas palabras tan alentadoras. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, amiga (por el momento desconozco tu nombre, perdona). Llego aquí a través de la excelente iniciativa del concurso de nuestro amigo David Rubio.
ResponderEliminarTu texto me ha parecido fresco (ya siento repetir el adjetivo, pero lo creía necesario), alegre, optimista, y original y muy bien escrito y rimado, ¡enhorabuena! Yo lo calificaría como un canto a la tolerancia y a la creatividad. ¿Tengo que apostillar que me ha gustado mucho...?
Te deseo mucha suerte en el "Tintero".
Un abrazo.
Hola, Patxi. Me llamo Tania, aunque puedes llamarme si lo prefieres Alma o Alma Gatuna que es el nombre elegido para mi bautismo bloguero.
EliminarAgradezco mucho tu generoso y motivador comentario. Debo confesar que durante el proceso de escribirlo me lo pasé muy bien, pero una vez terminado no me gustaba. Me pareció que había salido demasiado infantil entre otras cosas. Luego decidí cambiar algún detalle y al releerlo, esta vez con con ojos de niña (que quizá fueron los que lo escribieron), empecé a hacer las paces con él hasta cogerle cariño.
Al fin y al cabo en todo lo que escribimos hay pequeñas o grandes partes de nosotros. A veces son nuestras sombras, defectos o complejos y, como en la vida real, reconocerlos y aceptarlos nos hace poder mirar desde otro prisma, sin sufrimiento.
Muchas gracias por tus buenos deseos y lo mismo para ti.
Un abrazo.
Qué texto tan tierno, me has hecho imaginar a esos niños formando corro y riendo. Cuando dan riendas a su imaginación y habilidades innatas, en ocasiones es para enmudecer.
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte, en el concurso espero verte ;-)
Un beso
Muchas gracias, Chelo. Así es; la ternura, la inocencia, la imaginación... todas virtudes infantiles que habitualmente vamos perdiendo con el paso de la vida, aunque siguen latentes en cada uno de nosotros hasta el final.
EliminarEsas personitas tienen una fuerza emotiva y creativa inmensa. ¡Son exploradores!
Suerte para ti también, Chelo.
Un abrazo.
Gracias, Alma, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminar¡Gracias a ti, David , por tan buena iniciativa y tan diligente trabajo!
EliminarUn abrazo.
Vengo de la mano de David en el Tintero de oro.Me ha gustado mucho el relato,me ha parecido muy fresco y con ritmo.¡Suerte en el concurso! Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte a leer y dejar tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarUn abrazo y ¡suerte para ti también!
Siempre la poesía... Muy bonito y muy original.
ResponderEliminarGracias, Marta. Para poético, ¡tu relato!
EliminarMucha suerte en el Tintero.
Un abrazo.
Ojalá se resolviesen más problemas con poesía. Bonito cuento, Alma. Un relato en le que das su lugar a la poesía. Se agradece.
ResponderEliminarSuerte en el concurso. Un saludo
¡Ojalá, Carmen! Me alegra que te guste. Tu relato es pura poesía.
EliminarMuchas gracias por la visita.
¡Saludos!
Original relato, Alma gatuna, tierno e inocente, al igual que los niños que lo protagonizan. Además, induce a la sonrisa; al menos a mí me ha hecho sonreír. Suerte en el concurso y un abrazo.
ResponderEliminar¡Gracias, Pilar! Me encanta que me digas eso porque es lo mismo que yo experimenté al escribirlo. Mucha suerte para ti también.
EliminarAbrazos.
Me gusta el relato.
ResponderEliminarGracias, Don Kendall. Me alegra.
EliminarUn saludo.
Algo original, si resulta divertido, se convierte en genial, jajaja.
ResponderEliminarLo dicho, me ha encantado tanto la forma narrativa como el fondo "educativo". En los niños, es mucho mejor dotarles de iniciativa que de memoria.
Un estupendo relato para un concurso.
Saludos.
¡Muchas gracias, Josep! Si alguna pretensión tiene este relato es precisamente la de divertir y reflexionar acerca del tipo de educación que a veces inculcamos y de integrar la diferencia para unir en lugar de separar. Feliz de que te haya gustado tanto.
EliminarUn abrazo.
Un relato precioso y de lo más original, Alma Gatuna. La creatividad puede tomar cualquier cauce, incluso el de la rima para solucionar problemas de matemáticas. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn saludo y mucha suerte en el concurso :)
¡Mil gracias, Julia!
EliminarMucha suerte también para ti y mi tocaya. ;)
Un abrazo
Muy bonito relato, los niños con sus incontables travesuras. Me ha gustado la frescura de la narración y las rimas claro..Un abrazo Alma.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mirta.
Eliminar¡Suerte y abrazos!
Hola Alma, Ay que del tintero vengo para conocer a Caliope, y leer este relato versado y contento. Me he divertido con estas ocurrencias y esta forma de aprender entre cuentas y prosa. Un saludo
ResponderEliminar"Ya iba siendo necesario alegrar con rima algún comentario. ¡Viva Emerencia, se merece una reverencia!" me ha dicho Calíope al leer tu comentario. ;) También dice que le encantaría conocer a Boloduy. Cree que harían buenas migas (y yo también lo creo).
EliminarGracias por tu visita y mucha suerte en el Tintero. ¡Abrazos!
Hola, Alma Gatuna
ResponderEliminarQué enternecedor relato, un aula donde se enseña también a respetar y no ridiculizar a los compañeros de clase, y que no mejor manera que con poesía. Me encanto. Suerte en el concurso.
Saludo
Muchas gracias, Yessy. Esa es la magia de la escuela que, al menos hasta ciertas edades, les influencia de por vida. Lo bueno es que sea para bien y no al contrario, como pasa en ocasiones. Suerte para ti también.
EliminarUn saludo.
Después de haberte leido solo te puedo decir
ResponderEliminarque casi desde el principio no paré de sonreir.
Me gustaron la maestra, Caliope y sus compañeros,
conviviendo en ese aula, pasaría meses enteros.
Mi poesía no es muy buena, como ya habrás comprobado
pero quería dejar muestras de hasta donde me has llegado
Creo que es la primera vez que visito tu blog. Para mi ha sido un agradable descubrimiento.
Un saludo.
Muchas gracias, David. Encantada con tu visita y tus palabras rimadas. Tampoco Calíope es muy buena poeta (todavía), pero eso no le importa porque sabe que lo más valioso es la sonrisa que se le dibuja a ella mientras la piensa y al resto cuando la escuchan.
EliminarMe pasaré por tu blog, pronto, espero. ¡Se me acumula el trabajo!
Gracias por tu apoyo. Un abrazo.
Muy bueno, Alma.
ResponderEliminarNo me pasé por tu poetisa en Literautas, pero he tenido la gran suerte de encontrarte en el tintero.
Nunca había leído nada tuyo y me alegro de haberlo hecho. Me has arrancado una sonrisa leyendo tu relato.
Me ha gustado la inocencia y la frescura que desprenden tus letras. Y el resultado del castigo me ha fascinado. Ya podían todas los alumnos dar así los resultados.
Mucha suerte en el tintero.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Jean Ives. Ya decía yo que me sonaba tu nombre y es que, por lo que veo, voy siguiendo las miguitas que algunos vais dejando para encontrar con cuenta gotas los buenos sitios que desde hace tiempo frecuentáis.
EliminarEncantada de coincidir y al fin leernos.
Me alegra que te haya gustado y, sobre todo, que te haya hecho sonreír.
Mucha suerte para ti también.
Abrazos.
Que gran historia. Me ha encantado el ritmo, el desenlace... todo. Un abrazo y suerte
ResponderEliminarA mí me encanta que te encante.
EliminarMuchas gracias por tu visita y por tus palabras, Esperanza.
¡Un abrazo!
Hola, Alma! Bueno, puedo comentar sin problemas. Lo hago desde un portátil, a lo mejor los compañeros que te han indicado eso lo hacían a través de un móvil. Estas plantillas dinámicas nunca me convencieron demasiado y a veces dan problemas. Humm, se me ocurre también que por lo que sea los comentarios hayan ido al spam, revísalo por si acaso.
ResponderEliminarLiterautas me cautivó. Muchos de los relatos que publico en el blog nacieron del taller, es un espacio en el que todos los participantes tienen asumida la crítica a sus textos. Y en general siempre es constructiva, salvo alguno con demasiada soberbia.
Las redes son un excelente punto de partida, pero no dejan de ser como hoteles. Cuando ya tienes unos cuantos relatos a la espalda lo mejor es publicarlos en tu propia casa, un blog. Me alegra que te haya gustado la experiencia. Un abrazo!
¡Hola, David! En realidad no me refería a los comentarios de mi blog, sino a las repuestas a los comentarios en otros blogs. No te preocupes. Ellos encontraron la manera de contactarme a través de Google+.
EliminarLo que comentas de la crítica a los textos en Literautas es lo mejor. Aquí se echan de menos. Yo acabo de llegar e intento adaptarme a lo que habéis construido ¡que no es poco!, Pero sí, echo de menos una visión un poco más crítica que te haga darle mil vueltas al relato y verlo desde otro prisma.
Gracias por venir hasta aquí para contármelo.
Un abrazo.
Hola Gatuna: qué frescura!!! que alegría contagia tu relato ("muchas gracias por este buen rato"). Me encanta esa maestra!!! Y Calíope con su sonrisa de cereza, un personaje delicioso!!! Buena suerte en el Tintero. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu amable comentario, Vivian! Tus palabras me alegran a mí.
EliminarUn abrazo.
El lenguaje poético ha cambiado la vida de esta clase. Un relato fresco y diferente. Enhorabuena, Alma.
ResponderEliminarMuchas gracias, Beitavg.
EliminarUn abrazo.
Pues no estaría nada mal, alma gatuna, aprender con poesía en los colegios, desarrollaría el ingenio y sería más divertido.
ResponderEliminarCalíope es una niña especial, un poco rebelde y diferente al resto, tiene iniciativa, seguro que vuelve loca a su maestra. Y es una líder nata, ha contagiado al resto el “efecto rima”
Un saludo de Bienvenida Tania - Alma y suerte en el tintero.
No estaría mal, no. Calíope es como dices y además es muy positiva y tiene un fino sentido del humor.
EliminarBien hallada, Tara! Gracias por pasar y comentar.
Un abrazo.
Tania/Alma/Alma gatuna, hermoso y tierno relato que me ha transportado a la infancia.
ResponderEliminarHoy, al visitar tu blog por primera vez, he sido recibida por un hermoso gatito y me he sentido como en casa.
Un fuerte abrazo y arrumacos de Sol y Luna, mis dos gatitos adoptados.
¡Gracias, Ana!
EliminarEsta es tu casa gatuna, para cuando gustes pasar un rato. Fíjate bien que no has sido recibida por un hermoso gatito, sino por dos!! Es que mi morenito es tan negro que no se le ve casi.
Ronroneos de Pupo y Duende para Sol y Luna.
¡¡Besos gatunos!!
Desde aquí te aplaudo por este precioso relato que me ha encantado. Suerte en el Tintero, te sigo leyendo.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, Mer. Me alegra mucho que te haya gustado tanto.
EliminarUn abrazo fuerte.